Teología bíblico-sistemática

El estudio profundo de la teología sistemática exige una exégesis profunda de las Escrituras. La teología sistemática no es el estudio de principios abstractos, es el estudio de una Persona revelada en su Palabra. La teología sistemática no es un estudio de la teología histórica. No es el arte de integrar la Biblia con un paradigma filosófico. Aunque la teología sistemática se centra en temas específicos, la comprensión de esos temas debe estar arraigada en el testimonio propio de las Escrituras. Esta presentación temática de la historia de la revelación especial en su unidad general encuentra su centro vinculante y su consumación en la redención propuesta, cumplida y aplicada por el Dios trino en Cristo. 

Temas como el pecado, la salvación y la Trinidad deben percibirse primero a la luz de las Escrituras y, en segundo lugar, a la luz de nuestros credos y confesiones. Aunque la teología bíblica y la teología sistemática son disciplinas distintas, nunca pueden separarse y, por lo tanto, deben condicionarse mutuamente. La iglesia progresa en teología sistemática sólo cuando se reforma cada vez más según las Escrituras.